Escandinavia

Viajar al Ártico es contemplar la naturaleza en estado puro, hogar de grandes colonias de aves, ballenas, focas, morsas y su símbolo por excelencia, el Oso Polar. Todo ello enmarcado por las magníficas de las auroras boreales.

El aura misteriosa del polo norte de hallarse en el fin del mundo ha causado atracción a muchas culturas ancestrales, por ello el Ártico ha sido tierra de navegantes, exploradores y aventureros cautivados por sus paisajes inhóspitos.

Para disfrutar de la plena naturaleza ártica, hay que desplazarse hacia pleno océano Ártico a “Las islas Svalbard”, entre Noruega y el Polo Norte.

Los glaciares, fiordos y las grandes extensiones de hielo dejan constancia del poder de la naturaleza ártica virgen, habitada por una fauna única, hábitat de los osos polares por excelencia. Las Islas de Svalbard componen en un entorno escabroso y frágil al mismo tiempo que sobrecoge a sus visitantes.

Es un destino sostenibles certificado protegido, trabajan por reducir los efectos de la huella humana. Dos tercios de la superficie de Svalbard están protegidos.

Tromso, ciudad al norte de Noruega punto de salida de las míticas expediciones polares. Ciudad activa y juvenil que cuenta con el observatorio mas importante del Ártico. Es una ciudad muy dinámica, donde se pueden hacer múltiples actividades como: paseos en Zodiac, paseos en trineo de perros, excursiones al monte “Floya”, sobrevuelos en helicóptero a los glaciares de Lyngen. Además, al ser una ciudad universitaria y juvenil múltiples opciones para salir a cenar o compras.

Laponia: hogar de las inmensas manadas de renos que cada verano migran en busca de pastos entre las regiones de tundra. Conocer a los Sami, los pastores de renos, apegados a las costumbres de la zona, aún mantienen muchas de sus formas de vida tradicionales y un 10 % de ellos sigue viviendo de los renos.

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